Anoche no bebimos tequila, no había bares para nosotros. Anoche me descolgué de algunas de tus canas, deshaciéndome en el botón de tus vaqueros. Tú ocioso en mis bragas y yo, entretanto, dejaba caer cigarros al suelo. Entonces suena Lou Reed y me siento contigo, olvidando por un momento su olor y sus manos de encina. Y que no nos hacen falta palabras para quemar tabaco y fruta.
Tampoco anoche, bajo el flexo, sintónicos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario