El simple roce de dos labios, puede significar el comienzo de
algo grande, un beso dulce que desencadena en otros tantos,
cada vez más frenéticos, caricias que erizan la piel, manos que
se cruzan, lenguas que se entrelazan y juegan, que dan lugar a
algo muy grande, a una sensación de satisfactoria,
inigualable...El pequeño rugidos de dos cuerpos al unirse.

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