jueves, 29 de septiembre de 2011

Era demasiado.

El viento pegaba en la cara, mi locura se desataba, mis labios ansiosos, mis manos desesperadas, aquella pared que lo sabe todo, tu mordiéndote el labio con cara de salido total, que eso me pone demasiado, susurrándole al aire, más fuerte, el aire parecía que se paraba, estábamos a 50° una noche de septiembre a las 11 de la noche, tu y yo, esa noche eramos uno.

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